En un mundo donde la perfección parece la meta definitiva, a veces nos olvidamos del poder transformador que tienen los errores.
Equivocarse siempre ha sido mal visto.
Nos han enseñado que cometer errores es algo negativo, y que hay que evitarlos a toda costa, como si fueran señales de fracaso.
Pero, ¿y si te dijera que los errores son en realidad la base de la innovación y el descubrimiento?
El error no es el fin del camino, sino el comienzo de una oportunidad.
Cada error nos acerca un poco más a lo que queremos lograr.
Nos permite explorar nuevos caminos, descubrir soluciones innovadoras y encontrar hallazgos valiosos que de otra manera nunca encontraríamos.
Por eso, equivócate siempre.
Acepta tus errores.
Deja de percibirlos como obstáculos y empieza a verlos como pequeños pasos que te van a llevar a eso que quieres crear.
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